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Redacción
Miércoles, 15 de Abril de 2020 Tiempo de lectura:
Claves para escoger correctamente el amplificador para tu coche

¿Cómo escoger el mejor amplificador para mi coche?

Los amplificadores son el dispositivo estrella en las instalaciones de car audio: son la solución perfecta para solventar la escasez de potencia de los altavoces, y además son imprescindibles para la instalación de subwoofers. En el presente reportaje mostramos los principales consejos para escoger el tipo de amplificador y analizamos los diferentes criterios para determinar si necesitamos una o varias etapas de potencia en nuestro coche.

 

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La elección de la etapa dependerá del tipo de equipo que vamos a instalar, de las pretensiones que tengamos con él, del tipo de música que escuchemos, de cómo la escuchemos, de su filtrado e, incluso, del espacio y el presupuesto con el que contemos. Así pues, veamos la elección de la etapa según diferentes propósitos.

 

ELECCIÓN EN FUNCIÓN DEL RMS

Una manera general de elegir una etapa es mirando su potencia y la de los altavoces que ésta va a mover.

Por diversas razones, es preferible y recomendable que la etapa entregue más potencia que la que indican los altavoces. Alrededor de un 20% es un valor bastante fiable para ello, aunque no es una regla. Una de las razones es porque la etapa no consigue llevar toda la potencia que indica, pues mucha se transforma en calor y se pierde. Otra de las razones es porque un altavoz necesita una eficiencia para rendir bien y un punto más de potencia extra no solamente lo hará moverse mejor, sino que también lo podrá frenar con más solvencia y contribuirá a su propia refrigeración.

Está comprobado y demostrado que un altavoz sufre más con una señal distorsionada que con un exceso de potencia de una señal limpia. Por lo tanto, una etapa de menor potencia emite una mayor distorsión en la señal.

 

 

ELECCIÓN POR AMPLIFICACIÓN Y FILTRADO

En los siguientes apartados veremos cinco formas recurrentes de amplificar y filtrar un equipo descritas de forma ligera y muy resumidamente, pues existen muchísimas maneras de combinarlas. Antes de seguir deberemos tener en cuenta que cuando decimos “sistema de altavoces”, nos referiremos únicamente a los que se dividan entre canal derecho o canal izquierdo. De éstos, se pueden encontrar dos tipos de sistemas, el frontal (frontal derecho e izquierdo) y trasero (trasero derecho e izquierdo). Recordemos que, si queremos buscar una buena escena y la mejor calidad en matices, debemos dar prioridad a los frontales.

 

 

La elección del amplificador dependerá del tipo de equipo que vamos a instalar, del tipo de música que escuchemos, de su filtrado, del espacio que disponemos y de nuestro presupuesto

 

 

 

PARA AMPLIFICAR EN PASIVO

Cuando hablamos de amplificar o filtrar en pasivo, consiste en que la etapa amplifica todo el rango que le viene de la fuente y el encargado de repartir las frecuencias correspondientes a cada vía será el filtro pasivo. De esta manera, podemos elegir la etapa directamente por el número de canales que nos hagan falta.

Por ejemplo, en un equipo básico de un sistema de altavoces podremos simplemente usar una etapa de dos canales, pues cada canal mandará el rango completo a cada filtro pasivo y éste dará las frecuencias a cada vía. Ésta no es la única manera de hacerlo, pero sí la más sencilla. En el caso de que fueran coaxiales, la señal puede ir directamente a los altavoces, ya que la mayoría de estos altavoces ya incorporan un pequeño condensador que hace la distribución del rango. Aun así, conviene asegurarse.

 

 

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PARA AMPLIFICAR EN ACTIVO

Si hablamos de amplificar o filtrar en activo, nos referiremos a que la etapa ya entrega a los altavoces el rango filtrado, así que atacara directamente cada vía por separado. Esto se consigue o bien usando un filtro activo entre la fuente y la etapa, o bien filtrando la señal con una etapa que disponga de filtraje.

Por ejemplo, queremos amplificar en activo un sistema de dos vías separadas (dos tweeters y dos woofers, sin filtro pasivo, obviamente) con una etapa de cuatro canales que incluye un filtro para dividir el rango. En este caso, la señal también llegará directamente de la fuente a la etapa, pero dos canales irán a los tweeters y los otros dos canales a los woofers, cada canal a su lado respectivo. Imaginando que el corte lo hagamos a 3kHz, los dos canales de los tweeters mandarán el rango superior a este corte HP y los otros dos el rango inferior LP. De esta forma, cada vía trabajará su lado correcto y su rango ideal, ofreciendo una mayor definición y detalle.

En el caso de ser un sistema de tres o más vías, se añadirán tantas etapas como sean necesarias para amplificar todos los canales.

 

 

PARA AMPLIFICAR EN SEMI ACTIVO

Semi-activo, como indica la palabra, es mover un sistema de altavoces de las dos maneras que hemos visto antes: una parte en activo y otra en pasivo.

Por ejemplo, tenemos un kit de tres vías separadas (dos tweeters, dos medios, dos woofers y dos filtros pasivos). Para moverlos, podemos disponer de dos etapas (una de cuatro canales con crossover integrado y otra de dos canales). A traves de la etapa mayor, movemos con dos canales los tweeters y con los otros dos los medios, con ambas vías filtradas desde la propia etapa, por lo tanto, en activo. Con la etapa de dos canales movemos los woofers y para cortarlos usamos el filtro pasivo. De esta manera, conseguimos una de las tantísimas posibilidades que existen de mover una parte de las vías en activo y otra en pasivo, o dicho de otra manera, en semi-activo.

 

 

Es preferible que la etapa entregue más potencia que la que indican los altavoces. Alrededor de un 20% es un valor bastante fiable para ello

 

 

PARA AMPLIFICAR EN PUENTE

Amplificar en puente consiste en combinar según las especificaciones del fabricante la salida de los canales de una etapa para así sumar la potencia de sus canales. Esta forma suele usarse en la mayoría de los casos para amplificar un subwoofer, que normalmente requiere más potencia y una etapa monofónica sería bastante costosa.

Por ejemplo, tenemos un subwoofer de 100W RMS, pero únicamente disponemos de una etapa de dos canales que da 60W RMS por canal y 120W RMS en mono. Como podemos ver, si moviéramos el subwoofer con un solo canal y le diéramos 60W RMS, moveríamos deficientemente el subwoofer; en cambio, si puenteamos los canales y le ofrecemos los 120W RMS, el altavoz se moverá correctamente y rendirá lo debido, además de poder aprovechar esta etapa y no tener que comprar una más cara. Conviene leer las instrucciones de nuestra etapa para ver cómo se realizan correctamente las conexiones en este modo.

 

 

PARA AMPLIFICAR EN TRI-MODE

El sistema tri-mode permite combinar la amplificación tradicional en pasivo con el modo puente.

Por ejemplo, tenemos un sistema con filtro pasivo y un subwoofer, pero solamente disponemos de una etapa de dos canales. En principio parecería imposible moverlo todo, pero si cada canal alimenta sus respectivos altavoces y a la vez puenteamos los canales en mono y los conectamos al subwoofer, podremos moverlo todo a la vez. Como siempre, resulta muy recomendable mirar en las instrucciones de la etapa cómo hacer correctamente este tipo de amplificación.

Para mover un subwoofer, es preferible usar una etapa independiente para él, ya sea monofónica, que es lo ideal, o bien de dos canales en puente.

 

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PROTECCIONES PARA EL CABLEADO

A continuación, desgranamos algunos consejos para tener una protección óptima en el ámbito de los amplificadores y su cableado. Los puntos más peligrosos de las etapas de potencia son los terminales y conexiones. Por lo tanto, es conveniente tapar estas con alguna protección para evitar posibles roturas. Las maneras de hacerlo dependen ampliamente de la ubicación que tengan y del tipo de etapa que sea, así que se tendrán que valorar cuando tengamos clara la instalación definitiva. Es bueno que la etapa se encuentre en un lugar protegido, pero si el lugar es demasiado cerrado deberemos tener en cuenta que esté correctamente ventilada, incluso hasta el punto de instalar ventiladores que ayuden a este fin con la correspondiente dificultad.

Todo tipo de cableado requiere una protección para evitar posibles roces o cortes que puedan dañarlo o incluso dañar los componentes. Una solución recurrida es usar una funda extensible conocida vulgarmente como ‘piel de serpiente’. Este mote le viene por las similitudes que tiene con la piel de este animal, y consiste en una funda de hilos de tipo nylon entrelazados entre sí, que dejan agrandar o estrechar su grosor para ajustarse correctamente al cableado que pongamos. Deja deslizar mucho mejor al cable, es muy maleable y además lo hace más resbaladizo en el caso de algún tipo de pellizco que pudieran sufrir. Pese a ello, no nos librarán de un corte fuerte y seco.

Otra protección es el tubo corrugado, muy útil principalmente para el compartimento del motor, pues usarlo en otro lugar es complicado debido a su rigidez y grosor.

 

 

¿CUÁNTAS ETAPAS NECESITO?

La cantidad de etapas que pongamos en nuestro equipo también será un condicionante a la hora de realizar la instalación y dependerá en gran medida de la potencia, canales y filtraje que decidamos. Una instalación modesta pero completa que albergara un sistema de altavoces y un subwoofer requeriría, para funcionar óptimamente, un par de etapas, una para el sistema y otra para el subwoofer.

Antes de profundizar, veamos las conexiones de las que dispone una etapa. Por un lado, podemos encontrar la toma de positivo, negativo y el remote. Por otro lado, la salida amplificada que irá a los altavoces o a su filtro pasivo y, por último, en forma, normalmente, de RCA, tendremos la entrada de señal que viene de la fuente de sonido.

 

 

ESTUDIO DE LA INSTALACIÓN

Para comenzar, tendremos que ver dónde colocamos las etapas en el interior del coche. Normalmente y por razones obvias de espacio, se suelen situar en el maletero, así que demos por hecho que las colocaremos allí en toda nuestra explicación, salvo que en ocasiones hay quien decide instalarlas en otra parte del habitáculo.

Únicamente tendremos en cuenta la correcta fijación de las etapas y que estén correctamente refrigeradas. En el caso de que estuvieran en un espacio reducido y cerrado, se deberían añadir ventiladores, al menos uno de entrada y otro de salida de aire para que creen una corriente. También debemos valorar si necesitaremos hacer uso del maletero; si lo usamos para introducir el equipaje, la compra, etc., tendremos que diseñarlo todo de forma que aun instalando el equipo de audio nos quede sitio para estos menesteres. Sin embargo, si no vamos a darle el típico uso, podemos ocupar todo el espacio que queramos, lo cual nos ahorrará quebraderos de cabeza, aunque eliminaremos su función principal de carga.

Para llevar el cableado al maletero de un coche, existen lugares tan lógicos como el suelo o el techo del vehículo. Cada una de estas partes nos ofrecerá su peculiar dificultad, así que generalizaremos un poco a la hora de hacer los comentarios siguientes.

 

 

Si prevemos futuras ampliaciones del número de etapas, lo recomendable es utilizar un cableado principal con bastante grosor y redirigirlo mediante un distribuidor para poder usar una nueva salida de sección

 

 

PARA FUTURAS AMPLIACIONES

Es muy frecuente que al montar una instalación de car audio, al cabo de un cierto tiempo, se nos quede “corto” y decidamos evolucionarlo o potenciarlo. Para ello existe un tipo de instalación que prevé, en cierta medida, toda evolución que podamos realizar, excepto si esta es demasiado exigente. El “truco” consiste en instalar un cableado principal de alimentación de grosor considerable y llevarlo a un distribuidor. Los distribuidores son componentes de pequeño tamaño que proporcionan una entrada de cableado de gran sección y permiten repartirla en varias salidas de sección más pequeña.

Si tenemos únicamente una sola etapa, con una salida de estas que usemos tendremos suficiente, pero si en un futuro decidimos instalar otra u otras, podremos usar sin problemas una nueva salida de este distribuidor o cambiarlo por otro de un número mayor de salidas, y así no necesitaremos pasar un nuevo cableado por el interior de nuestro coche. En todo caso, antes de lanzarse a instalar un sistema de amplificación, conviene diseñar tanto el esquema de la propia instalación como la distribución del cableado y demás elementos.

 

 

ESTUDIO PARA EL CABLEADO

Antes de comprar el cableado, debemos tener claro cuántos metros y qué tipo de cable nos hace falta. Hemos de tener en cuenta que el positivo ha de ir desde la propia batería del coche hasta el maletero, labor para la cual se necesita, al menos, una longitud de cinco metros. El negativo hay quien lo deriva a masa, y por lo tanto necesita menos recorrido, pero la preferencia general es la de llevarlo a la batería junto, incluso encintado, al positivo para evitar en mayor medida la aparición de parásitos. Sea como fuere, lo que hay que tener muy en cuenta es que ambos sean siempre de la misma sección.

El cableado de señal, con clavijas RCA, es el que transporta la señal de la fuente a la etapa. Será el más complicado de pasar, pues muchas veces nos complicaran estas clavijas el buen paso por sitios estrechos, y hay quien prefiere desconectarlas y soldarlas una vez pasado el cable, pero una soldadura dudosa es la que más perdidas de sonido aporta, así que, si no se sabe realizar correctamente, lo ideal es tratar de pasar el cable con sus clavijas tal y como las hemos comprado. Este cableado se debe pasar por el lado contrario al de alimentación.

Los cables de altavoces irán desde la salida de la etapa hasta los propios altavoces, o bien a su filtro pasivo (si lo tuviera), puesto que dependiendo de donde se encuentren requerirán una longitud u otra. Si podemos usar un cableado que no sea demasiado fino, mejor; normalmente, uno de unos 2,2 mm no nos tendría que dar ningún problema en la mayoría de las instalaciones. También hay que pasarlos lejos del cableado de alimentación, así como de cualquier motor eléctrico del coche, pero pueden ir a la par con los de señal sin ningún problema.

Por último, está el cableado del remote, que es un fino cable que se encarga de conectar los amplificadores cuando conectemos la fuente, y que va desde la fuente de sonido a la etapa. No es necesario un cableado de gran sección, al contrario, suele ser de una sección inferior a 2 mm, y no tiene por qué aportarnos parásitos si se pasa junto al de señal o altavoces.

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