Los coches clásicos, contra el impuesto sobre emisiones

El importe final que debe abonar cada propietario se calcula mediante una fórmula en la que se tiene en cuenta la antigüedad del vehículo, su cilindrada, su peso y algunos otros elementos. Todo ello multiplicado por unos coeficientes predeterminados que darían, como resultado, el importe adaptado a cada vehículo.

Ante ello, la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA) ha expresado su intención de recurrir esta modificación (la Ley 9/2019, de 23 de diciembre, de modificación de la Ley 16/2017) al considerarla discriminatoria y contraria a derecho.

La FEVA, que ha designado a la consultora Pyramid Consulting como representante legal en la defensa de los intereses de la Federación y de sus afiliados ante la Administración, sostiene que con este cambio normativo se penaliza la antigüedad de los vehículos, sin tener en cuenta otros factores relevantes como, por ejemplo, el número de kilómetros que recorre cada año.

Según FEVA, los vehículos clásicos apenas recorren kilómetros al año, por lo que sus emisiones de CO2 en ningún caso pueden ser elevadas. Al tratarse de vehículos antiguos, en muchos casos están en museos o son utilizados para exposiciones o eventos. No obstante, de acuerdo con esta Ley de Cambio Climático, a mayor antigüedad, mayor impuesto para los propietarios, algo que desde la asociación se considera injusto.

FEVA recuerda que los requisitos para que un vehículo sea considerado clásico son que tenga un mínimo de 30 años de antigüedad; no debe utilizarse habitualmente y debe tener un buen estado de conservación y de forma original fiel a su época. Por todo esto, los vehículos clásicos son fundamentales como Patrimonio Histórico de la Automoción.