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Redacción
Martes, 08 de Septiembre de 2020 Tiempo de lectura:

Ya no solo se ocupan viviendas, también talleres

Hace unas semanas, varios medios de comunicación se hicieron eco de la historia de una ocupación de lo más inusual acaecida en Asturias: la de un taller mecánico. La particularidad es que éste fue puesto en funcionamiento por los “ocupas” y el propietario de las instalaciones no pudo hacer nada.

 

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El primer medio en difundir el hecho fue el digital “El Español”, que recogió las delcaraciones de Isidoro P., dueño del taller de Oviedo al que le ocuparon su negocio. “Nuestro inquilino durante 40 años se jubiló un viernes y, al acudir el lunes al taller mecánico para ver cómo estaba todo, nos lo encontramos ocupado por unos desconocidos reparando coches”.

 

Isidoro llamó a la policía, pero el ocupa, identificado como Manuel M.P., se hizo pasar como dueño del local por un acuerdo verbal, reconociendo no haber pagado nada por él. Las autoridades no pudieron hacer más. Los ocupas se quedaron dentro, trabajando a coste cero, mientras que los legítimos dueños eran privados de su local y de todo su contenido.

 

"Nos quedamos sin herramientas, cámara de pintar, elevadores... Y así, de esta manera tan sorprendente, nos arrebataron nuestro negocio. Eso sin contar que además teníamos la obligación de seguir pagando los gastos de luz, agua, comunidad, IBI...", relató Isidoro.

 

Lo peor, no obstante, estaba por llegar. Mientras este asturiano  buscaba por todos los cauces posibles recuperar el negocio, los ocupas no perdieron el tiempo. Hicieron creer a todos que eran los legítimos dueños del taller mecánico. Pusieron una alarma, contrataron un seguro del negocio (que nunca pagaron), y se presentaron como los nuevos propietarios ante la comunidad de vecinos y los comercios del barrio.

 

"El colmo fue cuando presentaron la solicitud en el Ayuntamiento de Oviedo para hacerse con la licencia de actividad, para lo cual utilizaron los datos encontrados en la oficina del local. Falsificaron la firma de la propietaria del local y la del anterior inquilino (en el documento de cesión del local), que se acababa de jubilar, y también de un ingeniero, cuyo nombre y apellidos, sacaron de un informe que encontraron también en el taller”, según explicó Isidoro P.

 

En ese momento, Isidoro y su familia emprendieron una batalla judicial contra el ocupa por dos vías distintas, para recuperar su negocio. Una contienda en la que llevan dos años y que todavía no ha concluido. De momento, lo que sí han conseguido es ganar por la vía civil y recuperar el local. "Ante lo eterno del proceso penal, en paralelo iniciamos otro civil porque nos dijeron que era más rápido. Doble gasto y doble trastorno", se lamentó.

 

Lo cierto es que hasta que decidieron recurrir a la vía judicial, Isidoro y su familia solo encontraron obstáculos en el camino. Acudieron a innumerables instituciones, pero nadie les prestó ningún tipo de ayuda. Lo primero que hicieron fue interponer una denuncia ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Cuando acudió la Policía Nacional, en un primer momento, tomó declaración a dos chicos que dijeron estar en contrato de prácticas para una sociedad del ocupa.

 

"Como esa sociedad no existía, presentamos la denuncia ante Inspección junto la certificación negativa del Registro Mercantil por tener a empleados trabajando para una empresa inexistente. Nunca se molestaron en comprobar nada", explicó Isidoro P. También lo intentaron en la Agencia Tributaria porque presuntamente facturaban a través de una sociedad inexistente. Pero el resultado fue el mismo.

 

Isidoro P. también acudió al Ayuntamiento de Oviedo para comunicar que el ocupa había falsificado las firmas, tal y como han demostrado los afectados con una prueba pericial en sede judicial, para hacerse con la licencia de actividad. Su objetivo era que le abriesen un expediente informativo, previo al sancionador, pero tampoco sirvió de nada. El Consistorio siguió con la tramitación haciendo caso omiso a todas las advertencias de la familia.

 

Durante este tiempo, los denunciantes han descubierto que la ocupación de su taller es uno entre muchos delitos que acumula Manuel M.P. En 2019, fue detenido por la Guardia Civil por un delito de estafa. Era el dueño de una academia de Oviedo que vendía titulaciones falsas, organizaba viajes de estudios que no contrataba y ofrecía productos financieros fraudulentos. Ahora, según detalla Isidoro, ha creado una empresa en Madrid que gestiona viajes escolares.

 

Al final, solo ha actuado la Justicia, aunque todavía queda un último capítulo. Se trata de la vista oral del juicio en el que el fiscal acusará al ocupa de falsedad documental en el expediente municipal que utilizó para aparentar ser el dueño del taller.

 

Fuente: posventa.info

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